"Mi confrontación con la docencia"

Soy Argimiro Tuyub Pech, egresado en el Instituto Tecnológico Superior de Felipe Carrilllo Puerto, Q. Roo. En la Carrera de Licenciatura en Empresas Turísticas. Desde siempre mi vocación fue ser Docente o alguien que este en contacto con el sistema de enseñanza y aprendiza. Por la intención de compartir mis conocimientos y experiencias con otra gente.

Al ingresas al sistema Conalep tomando funciones como docente era algo extraordinario sobre mi vida, porque siempre quería la oportunidad de estar frente al grupo y no por capricho, sino por las ganas demostrar ante la sociedad que somos capaces de formar profesionistas dispuestos a luchar en los cambios circunstanciales de la vida. Sin embargo, para sustentar ese logro tuve que someter a tomar curso sobre proceso de enseñanza y aprendizaje con la finalidad de fortalecer los vínculos académicos y sobre poder enfrentar la realidad de la educación, reconocemos que la preparatoria en es una etapa que requiere aplicar mucha estrategia para conducir a la juventud sobre un nivel de aprovechamiento académico.

Al estar frente al grupo, cierro y abro mis ojos, Me pregunto, Será que soy maestro? Doy un suspiro y respondo con la energía de trabajar con los alumnos. Una vez más cumplo con el compromiso ante la sociedad de ser productivo en formar profesionistas y la gran satisfacción que he recibido, es cuando vemos que nuestros alumnos se van familiarizando con la práctica, evidentemente la teoría no es todo, pero siempre es indispensable para inicio de toda actividad.

Ser docente en la educación media superior no es una tarea fácil pero tampoco es un reto obstaculizado. Ser docente es un arte de la vida humanar de poder compartir la sabiduría hacia un nivel donde se convive como jóvenes y gente adulta. Acordemos que la enseñanza es una profesión ambivalente. Ciertamente la enseñanza es algo muy poco certero, sobre todo cuando el alumnado se encuentra en una edad muy estable como lo es la adolescencia. En ella se puedes aburrir soberanamente, y vivir cada clase con una profunda ansiedad; pero también puedes estar a gusto, rozar cada día el cielo con las manos, y vivir con pasión el descubrimiento en cada clase de lo que hacen nuestros alumnos. Para eso me atrevo a decir, que muchas veces estar frente al grupo no se ve el paso del tiempo, al contrario disfruto de la convivencia y el intercambio de ideas y opiniones de nuestros educandos.